Acogidos en Bolivia

Publicado el 16 Noviembre 2017 en la categoría Bolivia, Embarrados | Leer el primer comentario

Así es como describe la familia del Río Granado su paso por Bolivia este verano. El pasado 3 de noviembre tuvimos la suerte de escuchar y emocionarnos con la experiencia de Daniel, María, Pedro, Elena y Pedro. Niños, jóvenes y adultos disfrutamos de una tarde embarrada.

elena

Nos contaron lo que vivieron en Cochabamba, Santa Cruz, Sucre, Iquique (en Chile) y por supuesto, en El Alto, esa ciudad que forma parte de su vida y de su historia, y de la de todos los que formamos parte de Embarrados. Destacaron la experiencia de sentirse acogidos en todo momento: por la comunidad de hermanas con las que vivieron en cada una de esas cuidades, por el padre Pepe y los seminaristas que viven en la parroquia de Jesús Obrero en El Alto, y especialmente en Mururata. Estando ellos allí, celebraron el 14º aniversario de Mururata. Muy emocinante lo que vivieron y lo que escuchamos, las visitas a tantos lugares conocidos y la renovación  del compromiso con nuestros destinatarios. Ser parte de este milagro compartido es un regalo increíble.

MaríaNos gustó especialmente escuchar a Pedro, María y Dani. Ellos han vivido allí el verdadero significado de embarrarse, estando con la gente de Bolivia en sus quehaceres diarios, ya sea haciendo pan, fregando, compartiendo las comidtodosas con los niños y niñas de un comedor, charlando en las comidas… y Dani, celebrando allí su Primera Comunión.

Nos gustó también ver el reflejo allí de lo que aquí hacemos aquí desde Embarrados, nos sentíamos muy conectados con lo que habían vivido. Como decía Pedro, tenemos la suerte de vivir aquí y a veces no somos conscientes de la grandísima diferencia que supone vivir en un lugar u otro del mundo. No hemos elegido vivir aquí, pero sí podemos elegir vivir mirando a los que viven otras realidades como las de Bolivia. Los calendarios, las camisetas, nuestros cocidos, los encuentros en los colegios… todo lo que aquí hacemos, puede contribuir a que la vida de otras personas pueda ser un poco distinta.

Nos han traído muchas emociones y pocas fotos. Lo vivido está en el corazón, y ahora que los hemos escuchado, también en el nuestro. No han querido traer la intimidad de todos los que se han ido encontrando aquellos días, sólo lo que su corazón ha sentido.

Una experiencia familiar de hondura y misión. ¡Gracias por compartirla y por habernos llevado a vuestro viaje a Bolivia!… ¿Cuándo el próximo?

  • Javier dijo

    Fue para mi una pena no poder asistir. Muchas gracias a esta familia por compartir con la parroquia una experiencia tan enriquecedora y por estar siempre dispuestos a ayudar.

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