Embarrados ha estado este verano en Bolivia

Publicado el 14 Octubre 2013 en la categoría Bolivia | 2 Comentarios sin leer

Este verano Elena y Pedro, miembros de Embarrados, han estado en Bolivia junto a sus tres hijos. Como muchos sabéis, vivieron durante seis años en El Alto como misioneros de Ocasha y en ese tiempo compartieron su vida, construyeron su familia y pusieron en marcha el colegio de Educación Especial Mururata, entre otras muchas cosas. En el año 2007 regresaron a Madrid y durante este tiempo han continuado su vinculación misionera con Ocasha y colaborando con Embarrados. Elena nos cuenta ahora como ha sido su experiencia de regresar a esa Bolivia que tanto quieren, visitar en Cochabamba a Laura, Luis, Ainara y Mar, ser “embajadores” de Embarrados, reencontrarse con aquella gente y lugares y revivir con sus hijos esa etapa de su vida tan importante:

EN-EL-TITICACA

El pasado mes de mayo, cuando celebramos el cocido misionero, al explicar el proyecto de Mururata, os conté que este verano íbamos a ir a Bolivia toda la familia y que ya os contaría a la vuelta cómo nos había ido y cómo habíamos encontrado el proyecto.
Pues, en efecto, fuimos, y así, en resumen, podría decir que la experiencia ha sido maravillosa, tanto a nivel personal como familiar.
Llegamos a Bolivia el 11 de Julio y recibimos una acogida fantástica por parte de Laura y Luis y sus niñas, a los que teníamos muchísimas ganas de ver, después de un año y medio. La verdad es que los hemos visto genial, muy felices y entregados a los proyectos en los que trabajan y colaboran. También hemos tenido el gusto de conocer a algunas de las personas con las que han hecho amistad, comparten, etc… Los diez días que pasamos con ellos se pasaron volando y fueron muy muy intensos. Para nosotros, ha sido constatar que cuando tomas una opción como la misión ad-gentes, Dios te va poniendo en el camino a las personas, acontecimientos, situaciones, etc que necesitas para crecer y, en definitiva, ser feliz.

OCASHITOS

Fue muy emocionante para nosotros compartir con Patricia, la coordinadora departamental de Fe y Alegría y escuchar su evaluación del trabajo que están realizando y, sobre todo, de la vida que están compartiendo y el testimonio que están dando, más allá de la actividad profesional, que por descontado, está siendo muy valiosa.
También tuvimos la suerte de hacer entrega, en el Hogar Creamos, de la vaca Cocha y el cheque con el dinero que se había recaudado gracias a la “Marcha Reto” del Colegio Montserrat. Qué os voy a contar… Un montón de caritas sonrientes y de abrazos, valen más que todas las palabras que se puedan decir. Fue un privilegio estar ahí en ese momento.

EMBARRADITOS

Y luego nos fuimos a El Alto. La altura y el frío no pudieron impedir un reencuentro súper emocionante con un montón de personas y de lugares que tienen un significado muy especial para nosotros. La verdad es que a los dos días de llegar, nos sentíamos como si lleváramos allí toda la vida, como si no hubieran pasado seis años… Increíble.
Destacaría especialmente, el encuentro con el Padre Pepe y la comunidad de chicos que viven en la casa parroquial, y además, la comunidad de hermanas, con la Hna Evelyn y la Hna Macarena al frente. Hemos convivido estrechamente con ellos y ha sido un privilegio. Nos ha servido para mirar con perspectiva a los años vividos en El Alto y mirar al presente-futuro de otra forma… Y por supuesto, la guinda del pastel, fue volver a Mururata.

MURURATA-3

No puedo describir la emoción que sentimos al volver a entrar allí, con todos los niños y jóvenes recordándonos, abrazándonos y demostrando un cariño que nos hizo sentir fenomenal. Comprobar que el centro sigue funcionando, a pesar de que hay cosas que se podrían mejorar (como casi todo, también aquí en Madrid, hay cantidad de cosas que se podrían mejorar), que siga dando un servicio genial a tantos niños y jóvenes discapacitados, a sus familias… Escuchar a los padres y madres lo qué está suponiendo el centro para ellos, lo que les ha ayudado a mejorar su calidad de vida…

NIÑOS-MURURATA-2

Damos gracias a Dios por la vocación misionera, por todo lo vivido en El Alto durante los años que estuvimos allí. Todo mereció la pena, lo bueno y lo que no lo fue tanto… Una experiencia increíble que nos ha cambiado la vida…
Desde la Fundase, se entregó a Embarrados un pequeño reconocimiento para agradecernos que seamos “Sembradores de Esperanza” en El Alto.
Sigamos siendo sembradores de esperanza, merece la pena.
Muchas gracias a todos por el apoyo y la cercanía durante este viaje tan importante para nosotros.

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