Experiencia de Voluntariado en Mururata.

Publicado el 14 Diciembre 2011 en la categoría Bolivia, General | Sé el primero en comentar

En esta nueva entrada os presentamos lo que nos cuentan Ana y Rocío de su paso por Mururata este verano. Merece la pena leérlo, a ver si os gusta su experiencia tanto como a nosotros:

Hola:
Somos Ana y Rocío, voluntarias que hemos estado el verano de 2011 en el Centro Mururata de El Alto, en Bolivia. Cuando volvimos de la experiencia nos pidieron que escribiéramos unas líneas explicando lo que hicimos en nuestra estancia allá.

Aunque es difícil expresar lo que vivimos y como nos sentimos vamos a tratar de plasmarlo.

A pesar de haber vivido una experiencia similar en años anteriores (una de nosotras había participado en el proyecto y la otra estuvo unos meses colaborando en el mismo centro) este año fue diferente.

La primera semana, al estar profesores y alumnos de vacaciones y al ir adaptándonos al medio debido al mal de altura, estuvimos visitando otros proyectos que se llevan a cabo por la FUNDASE. Igualmente tuvimos nuestro primer encuentro con parte de la plantilla de profesores de Mururata para organizar el periodo de formación y ponernos al día de las necesidades existentes en el centro.

Posteriormente, comenzó el periodo de formación con los profesores en el cual hacíamos parte teórica, en cuanto a comunicación, conducta, coordinación, trabajo en equipo, etc, y parte práctica, donde realizamos talleres de preparación de material y uso del programa que se utiliza para mejorar la comunicación de los alumnos.

Una vez los alumnos se incorporaron al centro continuamos con la formación a profesores y a su vez trabajábamos en atención directa con los alumnos para llevar a la práctica real todo aquello que se impartía en la formación.

En cuanto a lo personal se refiere fue muy gratificante y enriquecedor volver a compartir momentos, disfrutar de nuestro trabajo e intercambiar ideas con muchos de los profesores y alumnos que ya conocíamos, y tener la suerte de encontrarnos con nuevos profesionales y alumnos que han hecho todavía más rica la experiencia. Así como convivir con personas de este país que nos hicieron ver la realidad que viven desde mucho más cerca.

Cada noche disfrutábamos de la compañía de otras voluntarias que, al igual que nosotras, participaban en otros proyectos, y de esa forma compartimos distintas visiones de lo vivido. Tampoco podemos olvidar el acogimiento por parte de la parroquia Jesús Obrero y de todos sus miembros, ya que tanto los chicos que allí conviven, como el Padre Pepe y el resto de las personas que forman Fundase, nos hicieron sentir como en casa y poder disfrutar de la experiencia aún más si cabe.

Queremos dar las gracias especialmente a Embarrados y a todos los que colaboraron para que el proyecto se llevara a cabo, ya que sin su ayuda esto no hubiera sido posible.

Gracias a todos por un verano inolvidable.

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