XI Cocido solidario: un cocido interior
El sábado 4 de noviembre celebramos nuestro XI Cocido solidario. Fue la primera vez que hemos tenido que celebrarlo en el interior: del patio de la fundación Labouré, donde normalmente nos reunimos, nos trasladamos a los locales de la parroquia de la Nati. A pesar de que el frío nos impidió estar en el exterior, como todos los años le agradecemos a las hermanas su generosidad al cedernos su espacio, su ayuda y su presencia en el cocido.
Aunque nos planteamos aplazarlo, nos alegramos mucho de haber encontrado la manera de reunirnos. Vuestra respuesta fue, como siempre, tan positiva que incluso nos abrumó. Estuvimos un poquito más estrechos, pero el roce hace el cariño, ¡y cada año nos queremos más!
Desde primera hora de la mañana, e incluso desde la tarde anterior, nuestro equipo de cocina estuvo preparando el riquísimo cocido que disfrutamos juntos, y por supuesto el aperitivo, las bebidas, los helados, ese menú tan especial que todos asociamos ya con Embarrados. Esperamos que este año os estuviese más rico que nunca, con el fresquito que hacía fuera. Y después, pudimos por fin revelaros la sorpresa: nos estaban visitando Felipe, que ahora mismo es el sacerdote de la parroquia de Santa Bárbara, y Pepe, párroco en Jesús Obrero en el Alto. Dos personas muy queridas por todos, y a los que vemos mucho menos de lo que nos gustaría.
En los estatutos de Embarrados se contemplaba la figura del socio de honor, pero la teníamos sin estrenar, y quisimos usar esta ocasión tan buena donde estábamos todos juntos para nombrarlos a ambos socios de honor de Embarrados. Felipe y Pepe han estado con Embarrados desde el principio, y su apuesta, su fidelidad, su continuidad, les hace sobradamente acreedores de esta distinción. Son dos personas que han permitido que exista Embarrados y que exista Mururata, que continúa su labor gracias a que el padre Pepe y la Fundase le dieron continuidad a lo que iniciaron Pedro y Elena.
Pepe dijo que Embarrados somos personas muy especiales, pero sin duda es porque contamos con socios como ellos y como vosotros. Como nos recordó Felipe, aunque la distancia física sea grande, los corazones siguen cerca.
Después de este emotivo nombramiento, siguió la tradicional rifa de grandes premios, con tanta honestidad y transparencia como fue posible (aunque algunos todavía nos siguen acusando de tongo…), y que solo podemos hacer cada año porque muchas entidades y comercios del barrio e incluso de un poquito más lejos se siguen embarrando cada año. No podemos menos que agradecérselo muchísimo, y recordaros que si necesitáis gafas, juegos de mesa, un corte de pelo, un buen vino, un tratamiento de fisioterapia o un entrenador (entre otras cosas), acudáis a ellos. Además de ser maravillosos profesionales, tienen un corazón enorme.
Solo nos queda daros las gracias una vez más por seguir confiando en vosotros. Gracias a vuestra colaboración mensual y a actividades como el cocido, podemos continuar nuestro compromiso anual con Mururata, el motivo por el que nació Embarrados. Entre las entradas, la venta de camisetas y artesanía y la rifa, hemos recaudado 5836€ que irán íntegros al colegio. Además, el cocido que no nos comimos será repartido por la comunidad de Sant’Egidio entre sus amigos de la calle; vuestra generosidad trae alegría a muchos lugares.
¡Seguimos embarrándonos!
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