Dos enfermeras en El Alto

Publicado el 4 Febrero 2010 en la categoría Bolivia | Sé el primero en comentar

El pasado 10 de Enero, Embarrados tuvo la posibilidad de conocer la experiencia de Ana y Silvia, dos enfermeras del Hospital de Fuenlabrada que han estado tres meses en El Alto colaborando en el Centro de Salud Jesús Obrero. Este centro junto a Mururata (Centro de Educación Especial) y al Kurmi (Centro de atención a niños y niñas en dificultad social) forma parte de la FUNDASE.



Su experiencia en el Centro de Salud nos ha sido de gran ayuda para conocer mejor y de primera mano el importante trabajo que allí se realiza.
Ana y Silvia nos han confirmado que el centro tiene muchas posibilidades, pero también muchas necesidades. Algunas de ellas se pueden empezar a solucionar con un poco más de dinero.
Es importante destacar que en Bolivia la atención sanitaria no está cubierta por el estado y nada es gratuito por lo que hay que pagar desde la medicación hasta la última gasa y esparadrapo que se utiliza. Las mayores dificultades vienen cuando hay que alquilar aparatos especiales para determinadas intervenciones que suponen un mayor coste para el paciente.
La Fundase puede asumir el coste de los tratamientos o las operaciones que necesitan algunos pacientes sin recursos, pero desgraciadamente esto no siempre es posible, por lo que muchas de las personas enfermas tienen que asumir que, como no tienen dinero, no pueden recibir el tratamiento adecuado o ser operadas.
La labor realizada por Silvia y Ana en el Centro de Salud ha ido encaminada a mejorar los cuidados que reciben los pacientes y la atención de la enfermería del Centro de Salud mediante la formación, la motivación y la organización
Su estancia allí ha conseguido movilizar muchas aportaciones económicas desde España que, canalizadas a través de Embarrados, han servido para comprar nuevos materiales y para arreglar algunos aparatos estropeados. Todo esto ha permitido proporcionar una atención de mayor calidad desde los aspectos más básicos. Como bien nos decían: “Un colchón aceptable, eso también es dignidad”
Además de trabajar en el Centro de Salud también emplearon su tiempo en la realización de talleres de “promoción de la salud” tanto en Mururata como en el Kurmi. Desde aquí queremos agradecer el trabajo de Ana y Silvia durante estos meses en El Alto. Pronto tendréis la posibilidad de leer su experiencia contada por ellas mismas en esta misma página de Embarrados. Os esperamos.

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