Voluntariado en El Alto

Publicado el 30 Abril 2009 en la categoría Bolivia | 4 Comentarios sin leer

Lidia es una de las personas que recientemente se ha incorporado a Embarrados y que nos cuenta su experiencia en el Alto donde pudo conocer en profundidad los proyectos de la Fundase y las actividades de la parroquia de Jesús Obrero. Merece la pena leer su experiencia en estos tres meses:

“Resulta complicado describir la experiencia de voluntariado que he vivido en El Alto, durante tres meses. Poco tiempo para dejar huella en la vida de las personas de allí, pero suficiente para dar la vuelta a la mía.

Durante estos tres meses he estado colaborando en distintos proyectos de la Fundase. Por un lado en las tres guarderías de la Fundación, trabajando con las profesoras recursos de ocio y tiempo libre. La acogida de las profesoras ha sido muy buena. Ha sido muy interesante conocer su trabajo allí y los medios de los que disponen.

Niños en El Kurmi

Niños en El Kurmi

También he colaborado con el Proyecto Kurmi. Éste consiste en realizar apoyo socioeducativo con niños y niñas de las familias más desfavorecidas de El Alto. Aquí tienen la oportunidad de hacer los deberes, jugar, comer y ducharse. Algo que en sus casas, no siempre es posible por la falta de medios económicos. Aquí he estado trabajando con los niños y las niñas. Haciendo manualidades, trabajando la creatividad. El resultado ha sido muy positivo. Tenían muchas ganas de trabajar y de aprender cosas nuevas.

Otra de las actividades realizadas durante ese tiempo, fue el trabajo con las mamás, cuyos hijos e hijas asisten. Tanto al Proyecto Kurmi, como al centro de Educación Especial Mururata y también a las profesoras de las guarderías infantiles.

Mujeres de El Alto

Mujeres de El Alto

Me impresiono mucho la situación en la que viven las mujeres de El Alto. Grandes cargas familiares, puesto que tienen un gran número de hijos. Recuerdo como a los niños y niñas les extrañaba mucho que yo sólo tuviese dos hermanos. Me preguntaban mucho por mi familia, pero nunca por mi padre. Normal, teniendo en cuenta el gran número de abandonos por parte de los padres. Las mujeres se enfrentan a un conjunto enorme de problemas; la violencia de pareja, las cargas familiares, el abandono. De ahí derivan problemas como la baja autoestima, poco tiempo para ellas mismas. ..
El trabajo con las mujeres fue muy bonito. Al principio se mostraban un poco reticentes a las propuestas de trabajo, pero terminaron reaccionando muy bien. Pudimos crear un espacio para compartir problemas de pareja, trabajar la autoestima. Un espacio de confianza donde compartir nuestras vidas y sentir que otras mujeres estaban pasando o habían pasado por una situación similar. Y sobre todo tratar de no perpetuar estos roles con sus propios hijos e hijas.
También en estas sesiones había tiempo para los juegos, dibujar, para pintar con las manos. Para regresar a una infancia que muchas no tuvieron o no disfrutaron por no haber podido ir a la escuela o por haber tenido hijos siendo muy jóvenes. Una maravilla haber tenido la oportunidad de trabajar junto a ellas y haberme llevado una bonita experiencia. Son auténticas madres coraje.

Por último, pero quizás lo que más me ha marcado de todo, han sido las visitas domiciliarias a las casas de El Alto. Éstas visitas se realizaron como consecuencia de una actividad que organiza la Parroquia Jesús Obrero y que ofrece a los niños con muy bajas recursos la posibilidad de pasar una semana de vacaciones, las vacaciones de verano. Actividad que este año se ha podido realizar gracias a la producción y venta de gelatina, que han realizado muchos jóvenes de El Alto, para así conseguir el suficiente dinero. Desde España también se han realizado aportaciones económicas.
La experiencia de ir llamando a las puertas, de ir esquivando a los perros sueltos y de entrar en casas que me hacían pensar en que jamás en la vida podría volver a quejarme de lo que tengo y de lo que no tengo. Familias enteras viviendo en una sola habitación, compartiendo una sola cama. Esa hospitalidad y ese “tomen cama” con el que nos recibían, porque no había otro sitio donde poder sentarse.

Es difícil explicar tantas experiencias y tantas vivencias. Esta experiencia ha cambiado mi mirada al mundo.”

  • socio nº9 de embarrados dijo

    Muchisimas gracias por compartir tu experiencia Lidia.

  • Maria Jose dijo

    A veces es necesario cruzar al otro mundo, y darnos cuenta de lo afortunados que somos.
    Muchas gracias por compartir, que siempre permanezca viva esa experiencia.

  • Belén dijo

    Me ha gustado mucho leer tu experiencia Lidia. Ojalá Embarrados nos ayude a todos a seguir dando la vuelta a nuestras vidas y las de otros muchos

  • Paula dijo

    Qué bonito, nena! Iamgino que ha cambiando tu vida…. Gracias por compartirlo conmigo. El saber de la experiencia!!! qué impresientante, no?

Añade un comentario